El proyecto se encuentra ubicado en el club campestre Mesa de Yeguas, a dos horas de Bogotá, Colombia. La casa se estructura bajo la tipología de patio. Este gran espacio a cielo abierto es el corazón de la casa; configura la circulación y la disposición de los espacios entorno a la vegetación y el sonido del agua. La ubicación privilegiada del lote se caracteriza por tener increíbles visuales sobre los cañones. Tanto la zona social como la zona de habitaciones cuentan con vistas únicas. El clima y la seguridad permiten diluir el límite entre el interior y el exterior. El resultado es la sensación de estar cómodamente inmerso en la naturaleza.

El color de la casa es un verde ciprés pensado para difuminar la arquitectura en el paisaje. Los materiales nobles terminan de vestir la casa: la piedra muñeca, fresca y agradable al tacto cubre los pisos. En la zona social, el piso en patrón de ajedrez, detalla y enriquece la espacialidad. Los muros en piedra buscaban tener textura y profundidad, así como la carpintería en madera. El diálogo entre la composición estereotómica de los volúmenes y la tectónica de la pérgola caracterizan la concepción de la casa. La pérgola acompaña la circulación y va tejiendo los volúmenes macizos que albergan los espacios de permanencia. Tanto en los recorridos como en los espacios, los protagonistas siempre son la vegetación, la luz del sol, el viento y el paisaje.